Hilda cumple 100 años y espera festejar el reventón de fin de año con sus compañeros del Hogar del Corazón de Jesús | Comunidad | Guayaquil
Escrito por dh8fm el diciembre 25, 2023
La mayor de las residentes del Hogar del Corazón de Jesús es Hilda Franco. Ella cumplirá sus 100 años este miércoles, 27 de diciembre, en medio de las actividades que se desarrollan en este asilo de la Junta de Beneficencia de Guayaquil por las fiestas de Navidad y Fin de Año.
La adulta mayor ha vivido ahí desde hace ocho años y actualmente está acompañada de su hijo de 76 años, Édison, quien también es residente.
En el hospicio, que tiene 131 años funcionando en la ciudad, hay un total de 340 adultos mayores que han sido cobijados.
Algunos tienen familia y salen a pasar Navidad y fin de año con ellos. Otros se quedan en el hogar, que está ubicado junto a las salas de velación, frente al cementerio general de la ciudad.
En ese espacio están los residentes, que tienen entre 65 y 99 años. Aunque la mayoría son mujeres, también hay una sala para hombres.
Esta semana han celebrado la novena con bandas invitadas, coros y actividades para entretener a los residentes.
“Durante la semana llegaron artistas, como Martín Guerrero, la agrupación Guayaquil City Band y el coro del Banco Bolivariano”, detalla Mayra Loayza, psicóloga y jefa encargada de Gerontología.
Ella explica que este 24 de diciembre y el 31 se atrasa la cena y comen a las 20:00, y hay una misa.
Para el 31 de diciembre, en el Hogar del Corazón de Jesús se alista el reventón de fin de año.
Loayza aclara que no hay fuegos artificiales. Dice que forman un muñeco con cientos de globos y lo revientan a las 20:00, para que puedan ya descansar a las 21:00.
Esa noche hay un programa con presentaciones musicales, se presenta una obra de teatro y algunos recitan. Luego se lee el testamento y otros de los residentes bailan, dice la encargada.
Celeste Cuello, de 70 años, es una de las residentes más jóvenes del hospicio. Aunque cuenta que no tiene familia, dice sentirse muy feliz de vivir en el hogar de la Junta de Beneficencia.
Explica que son cuidados con mucho amor y que quienes trabajan en el sitio están pendientes de que no les falte nada.
Además, indica que tienen tantas actividades que se divierte mucho. Hacen bisutería, pintura, teatro, manualidades y costura. También hay terapia física y bailoterapia.
Félix Vargas, un agricultor de 65 años, ingresó recientemente al hospicio. Cuenta que, aunque al principio no le gustaba la idea, está superfeliz.
Relata que llegó del campo, que no tiene hijos y que, una vez que escuchó del hogar, anotó la dirección y tomó un bus para ir a averiguar cómo ingresar.
Se quedó y ya no se quiere ir, dice emocionado, pues comenta que está ensayando una obra de teatro, practica karaoke “y bailan tanto que están gastando el piso”. (I)