Al maestro con cariño | Cartas al Director | Opinión
Escrito por dh8fm el mayo 5, 2024
El pasado 13 de abril fue una fecha de gran importancia para los ecuatorianos porque se celebró el Día del Maestro ecuatoriano, día de gratitud y reconocimiento a la persona que realiza la profesión más grande y noble, donde la vocación profesional la desarrolla con alegría, responsabilidad y traspasa los límites de la sombra y oscuridad para dar paso a la luz del desarrollo conocimiento y libertad, laborando para hacer cumplir uno de las derechos universales: la educación.
Pensamientos por el Día del Maestro Ecuatoriano
El maestro es el primer amigo que da su mano al estudiante para enseñarle a volar y conseguir la libertad.
¿Quién no recuerda con cariño al maestro que le enseñó a escribir su nombre?, ¿o a aquel que lo introdujo en un mundo de sueños mágicos para enseñarles al niño y al joven las grandes bases para vivir en libertad?
Recordemos al primer maestro del mundo, Jesús, quien fue un grandioso ejemplo para nuestras vidas al enseñarnos a encontrar el camino de la verdad, justicia y amor por medio de la fe.
Conmemorando el Día del Maestro ecuatoriano
En nuestra galería de educadores ecuatorianos tenemos a Juan Montalvo, defensor del derecho a la educación, nació en Ambato el 13 de abril y cada año se celebra este día en honor a su gran entrega y lucha por alcanzar un mundo de igualdad.
Hemos tenido grandes maestros que hicieron de su profesión un ejemplo a seguir, que enarbolaron la lucha contra el analfabetismo y empezaron a subir la pirámide del saber dejando su legado como una luz de esperanza para futuras generaciones.
El Día del Maestro Ecuatoriano
Rindamos homenaje cada día a los maestros que cumplieron su magnífica labor como docentes y se retiraron igual como llegaron, por la puerta grande y dejando una estela del saber. Honremos al maestro rural que para llegar utilizaba medios para transportarse: carros, canoas, caballos e incluso a pie, pero llegaba con alegría pues su vocación prevalecía ante todo; les recuerdo a todos los profesionales que fueron formados por estos maestros, que no hay labor más digna, leal, justa y honesta que la del maestro que vive y muere humilde, pero con la riqueza del deber cumplido. (O)
Alicia de Jesús Carriel Salazar, docente, Guayaquil